Puede que si, puede que no... En mi breve andar vitivinícola, he oído permanentemente esta frase, y la considero válida desde una perspectiva, la que es llana, fresca y sencilla que de alguna manera (siento), busca que el principiante, o el que no lo es tanto pero que su pretensión no es convertirse en un conocedor meticuloso, se acerque y cultive el gusto por esta bebida de Baco.
El mejor vino puede ser uno muy sencillo, muy joven y accesible pero que te lleva a parajes de ensueño, en tu vivencia particular y circunstancial. Ese vino puede ser garante de una velada perfecta con alguien perfecto, puede saber a cariño y a uva fresca.
Recuerdo una cata de las lecciones que dictaba el Prof. Alberto Soria un buen conocedor del vino, en una casa licorera de Caracas, pionera en la creación de espacios para dictar cursos y catas, y, al llegar el momento de elegir el vino de la noche entre 4 alternativas de tintos, la elección recayó en el mas inesperado; un joven varietal, de una casa considerada tipo entre las normales de Argentina, y el mas económico de los 4 vinos catados. Entonces surgió esa frase que luego se me hizo lugar común: "el mejor vino es el que te gusta".
Me permito agregar que tiene valía desde el punto de vista de la conexión entre su color, olor y sabor y el momento. Al vino hay que saber degustarlo, dejar que se exprese en copa y sorberlo de a poco, sin premura. Por ello, porque permite este tipo de conexión es que lo prefiero. Prefiero la uva y sus resultados.
Gracias a Baco por el vino.
Así es amiga. Sin ofender a quienes beben vino buscando los mejores aromas y el sabor mas glorioso, el vino más sabroso es el que ayuda a que un momento agradable se convierta en mágico.
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